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¡Ya están todos!

Hablan los jefes de bibliotecas

¡Ya están todos!

Publicado el 09/11/2006
Llegaron. Por tierra, mar y aire, tardando a veces hasta tres días en la travesía, los jefes de bibliotecas públicas de los sectores más distantes del país llegaron a tiempo al 1er Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas de Chile.

"Ahí está Rosario Saldivia, de Melinka", indica alguien. La mujer que según el diario [!c:El divisadero], de Aysén, cautivó a Ricardo Lagos. Dicen que luego de leer su carta, el ex mandatario decidió viajar a la isleña localidad a conocer la biblioteca pública que Rosario dirige, así como a los vecinos recién capacitados en alfabetización digital. Rosario tardó 76 horas en llegar a Santiago... Y no fue la única. También está [!b:Sara López, directora de la biblioteca pública municipal n° 305 de Alto Hospicio], centro que cuenta con "hemeroteca, archivo vertical, sala de lectura, rincón infantil y docente. Estamos creando el baúl de los recuerdos, tenemos capacitación para minusválidos, Internet gratuito, software para no videntes y servicios de préstamos a domicilio...", enumera Sara, que además destaca el trabajo con los poetas del lugar, entre ellos Luis Barraza, más conocido como Pepe Caliche. [!b:Gastón Escobar, encargado del programa Biblioredes en la biblioteca pública n° 210 de la comuna de Quinchao], está feliz. Acaba de conocer a su par de Visviri y explica: "Tenemos mucho que intercambiar, lo primero es presentar de donde somos, ubicarnos en el mapa geográfico y posteriormente ver cómo se está trabajando, qué hacen ellos, qué hacemos nosotros. En el fondo es lo mismo, pero vinculado con la forma de ser de cada comunidad". La comuna de Quinchao está compuesta por 9 islas y parte de Chiloé. Según el último censo, unos 8.900 habitantes conforman su población. Achao, su capital, recibe a los niños provenientes de las islas, donde la educación cubre sólo la enseñanza básica. Por eso la biblioteca es un pilar fundamental, informa Gastón, quien se emociona recordando cómo a través de las valijas viajeras los niños llevan libros a sus casas, "convocando a los padres a tomarse un mate, comer una tortilla de rescoldo junto al fogón y llevar una vida familiar en torno al libro, algo que comúnmente no hacían". [!b:Félix Parra, director de la biblioteca pública n° 326 de Pisagua, comuna de Huara], también tiene algo que contar: "Somos una localidad de alrededor de 400 habitantes. Nuestra biblioteca es mediana, está dirigida a los niños porque son ellos los que mañana resolverán la problemática social. En Pisagua existe mucha violencia intrafamiliar, mucho conflicto de drogadicción y alcohol, por eso el fomento a la lectura está dirigido al niño más pequeño". Félix explica que la idea es facilitar libros de cuentos a los niños que aún no saben leer, para que los lleven a sus casas y sean los padres los encargados de la lectura, interiorizándose y luego transmitiendo los valores que sus páginas contienen. "En esa lectura, rica en moralejas, va implícito todo un trasfondo social. Costó que la comunidad lo aceptara, pero ya lo han tomado como propio y es un pequeño grano de arena para transformar la conducta social". En un sector carente de las entretenciones comunes a la ciudad, que cuenta con apenas dos canales de televisión abierta, una radio local, nada de discotecas ni centros para jóvenes, los habitantes han hecho de la biblioteca su centro cultural. Es ahí donde se reúnen, acceden a Internet, manifiestas sus preocupaciones y hasta montan obras de teatro. "No es un lugar donde sólo se va a pedir libros, es para que los niños jueguen y para que los jóvenes en riesgo social vayan a entretenerse, leer o intercambiar ideas", subraya Félix. [!b:A no quedarse dormidos] [!b:Rosario Saldivia] no oculta su cansancio. Salió el sábado a las 4 de la tarde de Melinka, una pequeña isla de 1.500 habitantes emplazada a orillas del golfo del Corcovado, y llegó a las 10 de la noche a Quellón, pero no pudo desembarcar hasta la 1 de la mañana. Ya en Puerto Montt, sintió la necesidad de comprar un traje "para asistir al congreso. Uno viene del sur con la ropa que usas en tu isla, tus bototos, tu ropa de invierno", dice, casi disculpándose. Para ella esta instancia es importante: "Necesito aprender muchas cosas para seguir ayudando a mis niños, a mis usuarios que asisten diariamente a la biblioteca. Y también poder mostrar que hay una comuna, que es Guaitecas, y que allá se trabaja igual como en cualquier