Para entender por qué la palabra automatización rima perfecto con evolución, hay que recordar cómo funcionan hoy las bibliotecas públicas. Florencia García es clara: "En la mayoría de las bibliotecas públicas del país, la circulación, es decir los préstamos de libros a domicilio y sus devoluciones, se realiza en forma manual, lo cual impide la recolección de estadísticas exactas y limita las posibilidades de una gestión eficiente de la colección. Desde el punto de vista de la calidad de servicio, nuestros usuarios ven limitadas sus opciones de préstamo y de acceso a las colecciones de sus bibliotecas". ¿Cuál es, entonces, la buena nueva que nos trae la automatización? En términos generales, esta consiste en el uso de herramientas tecnológicas especializadas para la gestión y administración de recursos de una biblioteca. Concretamente, agrega García, "estamos hablando de dotar a cada biblioteca pública de un software que le permitirá ingresar a una base tanto los datos de sus colecciones, como los de sus usuarios. La automatización apunta por lo tanto a que el servicio básico de una biblioteca pueda registrarse en un sistema estable, computarizado, y que sirva de respaldo para una mejor gestión de sus recursos". Y lo más importante, hablar de automatización es hablar de beneficios directos para el usuario, partiendo por un servicio más rápido, ya que, adelanta García, "no necesitarás ir a la biblioteca para saber qué libros hay disponibles, podrás reservar títulos en línea y a futuro esperamos implementar un sistema de préstamo interbibliotecario, con acceso al catálogo en la red y, en definitiva, una atención más personalizada de acuerdo a las demandas de los usuarios". [!b:Un gran paso] Florencia García se muestra convencida: "A través de la automatización, contaremos con un instrumento de reporte estadístico riguroso que permitirá el cruce de datos esenciales para una mejor gestión. Ahora, más allá de eso, estamos ocupando la tecnología para un servicio tradicional de las bibliotecas, como es la circulación de sus colecciones a través de la plataforma habilitada por el programa BiblioRedes, que ha tenido excelentes resultados. Estamos hablando de la constitución de una red de bibliotecas que actualmente no se vinculan entre sí. La automatización, como eje vinculador, contribuye además a fortalecer el trabajo colaborativo entre las bibliotecas. Compartimos una serie de criterios comunes, de clasificación, de circulación, y además compartimos un catálogo. Eso en términos de imagen es tremendamente potente. Los chilenos han visto cómo una serie de servicios públicos se han automatizado, y las bibliotecas públicas no pueden quedar fuera de este proceso". [!b.¿Cómo le explicarías a un lector que hoy es una necesidad automatizarse?] De muchas maneras. Es necesario apoyar a los jefes de bibliotecas en el posicionamiento de la biblioteca pública a nivel local, a través de un instrumento como el software Aleph y las estadísticas que puede reportar el sistema. La estadística que podemos generar en base a ese dato y ojalá de manera más pulida, es decir cruzar datos como edad con tipo de colección, es lo que permite la gestión. Por ejemplo, ¿Cuántas mujeres de 18 años no profesionales que viven en la comuna de El Bosque leen a Paulo Coehlo? Ese dato le sirve muchísimo a los gobiernos locales, a la [!N:www.dibam.cl/ [!b:Dibam]] y al Estado para también interactuar con el sector privado, el mundo editorial y con el uso de los recursos asignados a las bibliotecas. La automatización tiende, además, a fortalecer vínculos entre el Estado y los gobiernos locales, es decir que servirá como un respaldo para que el jefe de biblioteca pueda gestionar los fondos que necesita. [!b:¿Cuáles son estas bibliotecas?] Son bibliotecas de todo el país, iniciamos el plan piloto en 70 bibliotecas desde la I hasta la XII región, las que han sido seleccionadas por sus buenos resultados y por cumplir con los requerimientos técnicos necesarios para la automatización, esencialmente en términos de conectividad disponible. Las Regiones Metropolitana y VIII son las que en este momento cuentan con más bibliotecas. El piloto tiene dos vertientes, una político administ