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El bibliotecario y su trinchera

Edgardo Civallero:

El bibliotecario y su trinchera

Publicado el 09/11/2006
Trinchera, anarquía y libertad. Tres palabras recurrentes en el discurso de Edgardo Civallero, gestor de información independiente, investigador y docente libre que la jornada inaugural del 1er Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas de Chile supo encender a los asistentes a la Biblioteca de Santiago.

Su conferencia [!b:"El rol social de las bibliotecas públicas en Latinoamérica: algunos conceptos y líneas de acción desde una perspectiva progresista"], sacó aplausos. Le observaban, atentos, jefes de bibliotecas de las comunas más recónditas de Chile y jóvenes estudiantes de bibliotecología. Precisamente el público que Civallero busca. "Vengo a conocer el trabajo de los colegas chilenos, pero los colegas de base, de trinchera, los que trabajan con la gente en las bibliotecas escolares y públicas. No estoy hablando de las autoridades, me importa saber del colega referencista, el de mostrador: ¿Qué sienten, qué piensan, cómo ven su trabajo? Aquí se trabaja muy bien y a nosotros nos hace falta mucha experiencia para empezar a implementar al otro lado de Los Andes", explicaba temprano. Ya en la tarde, cuando llegó su turno en el Auditórium de la Biblioteca de Santiago, continuó: "Muchos bibliotecarios ya han reconocido su poder y su deber y han asumido un rol social activo, creativo, imaginativo, consecuente y solidario, encontrarán muchos ejemplos aquí mismo en Santiago de Chile. Muchos han despertado de un sueño de siglos, han derribado los muros de sus bibliotecas, han desencadenado los estantes, han armado barricadas entre ellos y han hecho llegar libros y saber a cada rincón de sus comunidades". "Muchos se manifiestan, muchos protestan, muchos se quejan y convierten sus lugares de trabajo y sus vidas en verdaderas trincheras, peleando por la paz, la justicia, la libertad, la igualdad y la esperanza", continuó con histrionismo. "Muchos, con sus actos y sus trabajos diarios, demuestran que la utopía no ha muerto. Y mientras exista la utopía, existirán motivos para seguir adelante. Como bibliotecario y como anarquista que soy, confío y deseo que las bibliotecas logren desatar las mordazas y derretir las cadenas de miles de mentes latinoamericanas y que pujen a muchos a comprometerse en esta lucha sin armas que presenciamos a diario y de la cual somos parte fundamental desde su inicio, allá en el amanecer de la historia: La lucha por la libertad". Pero Civallero no sólo es diestro en el malabarismo oral -el mismo que llevó a los representantes de la Biblioteca de Curacautín, Victoria, IX región, a agradecerle su "romanticismo poético"-, también es conocido por su weblog profesional "Bitácora de un Bilbiotecario" (http://bitacoradeunbibliotecario.blogspot.com), plataforma en la que esboza con vehemencia su autorretrato: "Alguien me hizo demasiado anarquista, rebelde y utópico como para vivir tranquilo en la sociedad y en el mundo en los que vivo" (...) "Sé que hoy educo a bibliotecarios populares a través del programa 'Informando a Informadores', que blasfemo en todas las listas de correo profesionales que aún no se han molestado en censurarme, que trabajo para el PROPALE en tareas de Animación a la Lectura, que escribo en la Wikipedia, que colaboro con media docena de Archivos Abiertos, que tengo mi insignificante compañía independiente de información bio-médica...". Entonces agradece a Curacautín y cuenta: "El otro día en un taller me decían 'usted es un utópico y habla quijotadas'. Sí, en la vida hay dos formas de llamar las cosas. A esto le puedo llamar un papel mugriento o 'densas fibras nacidas de un árbol'. Todo lo que les he dicho, fantástico, tiene su poesía, pero les estoy hablando de la cruda realidad y de cosas que ustedes y yo sabemos que pasan. Estamos hablando de realidades compartidas". Licenciado en Bibliotecología y Documentación por la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina, 2004), Civallero dice preferir no hacer comparaciones entre las bibliotecas públicas del primer mundo y las de este lado del globo, pero no tarda en asegurar que "si nos comparamos en recursos económicos, vamos a estar por debajo siempre porque hay una tremenda brecha social, económica y cultural. Ahora, si nos comparamos en cuanto a políticas, gestión de recursos, imaginación, creatividad a la hora de responder a problemas puntuales de nuestras poblaciones, me parece que superamos ampliamente a las naciones incluso más desarrolladas". Sobre la realidad de su país y sus expectativas con este congreso, responde: "Ya tengo bastante material, mucho sobre los vínculos que tienen aquí las bibliotecas públicas con